Hace varias semanas leía en algún noticiero online algunos de los problemas que se encuentran dentro del sector de la traducción. Recuerdo una frase que me llamó la atención porque me pareció graciosa, aunque muy bien comparada. Decía algo así como “que a los traductores les estaba pasando lo mismo que con Uber o Globo”, refiriéndose a las plataformas digitales que ya usan muchas personas que necesitan una traducción, y se refería a “los falsos autónomos”.
Yo veo estas plataformas digitales herramientas maravillosas para, por ejemplo, estudiantes. Mi hija de 12 años, tienen la posibilidad de almacenar mucha más información cuando está en búsqueda de cualquier información, si tiene en cuenta los resultados en otros idiomas y los traduce, atesorando de esta manera, mucho más contenido.
Són muchos los aspectos que un traductor profesional debe analizar a la hora de realizar un proyecto, y no he encontrado ninguna plataforma digital que sea capaz de traducir correctamente un texto entero sin ningún fallo léxico-semántico, gramatical, sintáctico, con la dicción correcta, o incluso culturalmente correcto.
En mi opinión, cualquier empresa que necesite una traducción de cualquier tipo, no va a dirigirse a estos “falsos autónomos”, y si lo hace, no es una compañía de referencia. Con esto me refiero a que una empresa con un mínimo de distinción o decoro nunca va a contratar los servicios de alguien que no tenga acreditada sus estudios. Hoy en día las empresas de cualquier tamaño, más que nunca, necesitan estar a la última y tener todas sus reseñas en varios idiomas. Y más ahora, que las empresas están apostando fuertemente en el marketing, es este departamento el que debe reforzar más la importancia que tiene la imagen en la corrección lingüística.
Y de aquí va a partir mi reflexión, sobre la importancia en ser visibles en los canales adecuados.